En el mar, el guerrero navegaba con su buque, había perdido un ojo en una batalla. Cincuenta marinos lo acompañaban, el más fiero de todos era John Kibb, su segundo al mano. Eran piratas, debían atacar a todo barco español por orden del rey.
- La lluvia es intensa capitán - dijo Kibb observando a Makeeii con sus enormes ojos azules.
- No lo suficiente John, no te preocupes - Makeeii dijo esto y volvió a su camarote.
Makeeii le servía al rey de Inglaterra, pero su corazón estaba en el oro. En el recorrido hasta la isla de la flor morada podían toparse con barcos españoles, no era problema, sus cañones eran potentes y podrían enfrentarse contra cualquier barco que se les cruzara.
En la cama, Makeeii descansó un poco, leyó unas cartas de su familia y se durmió.
Despertó al oír un fuerte estruendo, un barco español los había atacado. Los cañones retumbaban, se preparaban para ser abordados. En pocos minutos desembarcaron varios espadachines en el buque inglés, eran más de cien, las fuerzas eran desiguales.
A pesar del esfuerzo que hizo Makeeii para defender el buque, la fuerza española era intensa, y sucumbió.
Fue llevado preso hasta el barco español, el capitán, de apellido Borgotia, lo lanzó al agua. Los tiburones lo devoraron. No se volvió a saber más del capitán inglés.
FIN
Por Francisco Bermúdez Guerra
Escrito el 19 de noviembre de 2.010.
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