CUENTO No. 2: “ RECUERDOS DE MIS MEJORES AMIGAS”

Ana Marta era mi mejor amiga, y digo que era mi mejor amiga porque lo fue hasta que se convirtió en el objeto de mi amor. Estudiábamos juntos en la universidad Arquitectura. De hecho fui yo quien se hizo amigo de ella, y no sé si desde ese momento ya la amaba. Ana Marta era tímida, de cabello negro y ojos color miel. Era más alta que yo, no mucho, pero lo bastante para hacerme sentir mal a veces. Conocí su casa, sus padres, sus hermanos, sus gustos, y su vida.
Ella confiaba en mí plenamente, me contaba sus problemas, íbamos a cine, estudiábamos para los exámenes, y lo peor de todo era que yo sabía sus amores secretos, y desde luego yo no estaba en la lista, lo que me atormentaba.
Nuestro grupo de amigos no era muy grande, éramos Javier Julián, Angélica Adriana, Ana Marta y yo. Javier Julián era muy inteligente, de hecho de los cuatro era quien obtenía mejores calificaciones, Angélica Adriana vivía pensando en vallenatos, Ana Marta para mi desdicha sólo hablaba de un tipo que estaba en los últimos semestres de carrera, y yo sólo pensaba en ella.
Javier Julián no era el prototipo del chico estudioso, del nerd, o del sapo del curso, todo lo contrario, era atlético, le gustaba practicar varios deportes, pero era un verdadero genio para la Arquitectura. Las niñas del grupo no eran malas estudiantes pero tampoco eran los mejores. Yo trataba de competir con Javier Julián, pero era imposible, porque mi mente estaba pendiente de otra cosa.
Yo mantenía mi amor en secreto, ninguno de ellos sospechaba que Ana Marta fuera mi amor platónico, incluso creían que yo era completamente indiferente a ella. Me disgustaba que el objeto de mi amor viviera pensando en otro tipo, tal como yo hacía con ella.
Para Ana Marta yo no era más que su mejor amigo de la universidad, incluso llegué a pensar que ella no se había fijado en que yo era hombre.
Para desahogar la situación empecé a ser más cariñoso con Angélica Adriana que con mi objetivo sentimental, y la verdad es que al principio las cosas resultaron mal, porque Angélica Adriana era muy diferente a mí, era muy rumbera, le gustaba estar feliz todo el tiempo, y yo no era así. Sin embargo, para que mi plan funcionara, Ana Marta me debía ver muy inclinado a estar con nuestra amiga en común, por lo que me tocó aguantarme muchas cosas.
- Eres un amargado – me espetó Angélica Adriana en un día de lluvia, en una cafetería.
- ¿ Por qué lo dices? – la verdad es que no me importaba presentar mi peor pinta frente a ella, ya que cuando estaba mi amor de verdad ponía cara sonriente para disimular.
- Es que cuando te hablo sólo contestas con monosílabos, y me pones cara de asco cuando te invito a algún lugar.
Ella tenía razón, sólo era cariñoso y afectuoso para cumplir con mis propósitos, y a veces pensaba que perdía el tiempo, porque Ana Marta seguía como si nada.
- No te preocupes Angedriana (así le decíamos a ella), debe ser la lluvia lo que me tiene tan apagado.
Varias veladas sucedieron de esa forma, yo meditando en ya saben qué, y mi acompañante tratando de levantarme el ánimo.
Durante varias semanas fui más cercano con Angedriana que con Ana Marta, pero todo siguió igual, y el plan no parecía funcionar.
Javier Julián creía que yo y Angélica Adriana teníamos algún tipo de relación sentimental, un día hablé de eso con él.
- Hermano, usted es muy de buenas – él era muy buen amigo, pero rara vez hablábamos de cosas personales.
- ¿ A qué se refiere Jaju (ése era su apodo)?
- A que Angedriana es un biscocho hermano, muy de buenas usted.
Jaju era un tipo atlético, y le iba bien con las calificaciones, pero en materia de relaciones con las mujeres era un desastre, tal vez porque no tenía tiempo para eso. Pero el comentario sobre nuestra amiga sí me sorprendió.
- ¿Le parece bonita Angedriana? ¿dónde tiene el gusto viejo? – lo dije con sinceridad, ella era mi amiga y nada más.
- No hermano, usted está ciego, esa niña es un bombón – advirtió eso con cierto morbo, al que estamos acostumbrados a escuchar los hombres cuando hablamos entre nosotros. Inmediatamente pensé que ésa era la forma de liberarme de mi relación con Angedriana.
- Jaju, pues hágale, porque yo nada de nada con ella.
Desde ese día mi relación con mi amiga fue fría, ella lo notó al instante y no puso mucho interés en pedirme explicaciones.
Los cuatro amigos seguimos como si nada, pero Javier Julián sí comenzó una campaña de conquista sobre Angélica Adriana que me pareció divertida. De otro lado, Ana Marta jamás me preguntó lo que sucedió con Angedriana, le valió un comino.
Las cosas entre nuestros amigos se volvieron muy intensas, y digo intensas en amor y romance, ya que ambos parecían que hubieran nacido el uno para el otro. Sentí alivio pero a la vez unos celos extraños.
Durante el cumpleaños de Eduardo, otro compañero de universidad, las cosas se tornaron más extrañas, ya que sin saber quienes se encontraban en la cocina a medianoche completamente solos, penetré el lugar y vi a mis dos amigos dándose un apasionado beso en la boca. Ellos ni notaron mi presencia. Yo salí del lugar dándome explicaciones internas, y no había nadie para olvidar lo ocurrido, Ana Marta ya no estaba.
En un taxi hacia mi casa, esa noche, pensé en lo que vi, y me dije que no tenía importancia, porque semanas atrás había dejado el terreno libre para ese romance. Fue duro ver esa escena, y no se me salió de mi cabeza en varios días. Las cosas habían empeorado, Ana Marta dejó de estar entre mis prioridades y Angedriana parecía ocupar ahora el campeonato interno de mis obsesiones.
La verdad es que siempre la había visto como una compañera, y como una posible excusa para darle celos a mi verdadero objetivo, pero todo se había trastocado con esa escena en casa de Eduardo Triona.
Angélica Adriana fue feliz con Jaju por muchos años, incluso se casaron años después, tuvieron tres hijos. Ana Marta logró que el tipo de noveno semestre le pusiera atención, y también contrajo nupcias. Yo viví un pequeños tiempo no muy bueno pero después alguien apareció en mi vida, pero eso lo contaré en otra ocasión.

FIN


1 comentario:

GATOh! dijo...

Me ha gustado tu cuento, conocí tu blog por el enlace del post de tu otro blog de literatura y cine, que también me pareció interesante.
Un saludo.